Llevamos ya algunos años viendo como, de manera habitual, se traza una divisoria entre el sector financiero, llamémosle clásico, y lo que se ha dado en llamar fintech, es decir, las empresas de dicho sector pero con una base puramente tecnológica. Y es comprensible, pues en un primer momento, las iniciativas puramente tecnológicas eran observadas con cierta distancia por parte de, por establecer una diferencia semántica con intenciones no peyorativas, los analógicos, la banca de siempre.
A consecuencia de esta inacción por su parte, desde la proliferación de Internet empezamos a ver cómo aparecían nuevas compañías, definidas en aquellos tiempos con el apellido «punto com» que, sin embargo, supieron encajar en un nuevo modelo económico, el de la red, proporcionando soluciones diseñadas específicamente para dicho medio. El gran ejemplo de ello es PayPal, que nació poco más que como soporte de pagos para eBay, pero que a día de hoy es un nombre imprescindible al hablar de economía digital.
El sector financiero, más concretamente la banca, han evolucionado mucho desde entonces. A día de hoy, por ejemplo, la plataforma de pagos y transferencias entre particulares más popular en nuestro país es Bizum, que el año pasado superó los 15 millones de clientes, y que es fruto de la colaboración de la gran mayoría de las entidades bancarias del país. Todavía no cuenta con un modelo de monetización, pero su nivel de implantación es tan alto que podemos esperar que, cuando llegue, sea bastante exitoso.
Bizum es un ejemplo de que el sector financiero tiene músculo más que suficiente para adaptarse al contexto tecnológico actual, por cambiante que éste sea, y esto es una buena noticia para el futuro de la tecnología blockchain. Pero, claro, para esto no basta con voluntad, también son necesarios inversión y formación, la primera para el despliegue de nuevas soluciones basadas en las tecnologías más actuales, y la segunda para que los responsables de emplearlas cuenten con la capacitación necesaria para ello.
Certificaciones en criptoactivos y MICA para empleados de banca
A este último respecto, Cinco Días publica un artículo sobre el primer curso acreditado en España, destinado a los profesionales del sector bancario que permita acceder al examen de certificación especializado que concede la Federación Europea de Asociaciones de Analistas Financieros (EFFAS), sobre criptoactivos y MICA (nombre con el que la directiva europea que lo regula denomina a este sector) destinado a entidades financieras de nuestro país.
Con este paso dado por Escuela FEF y finReg, asistimos al pistoletazo de salida a la necesaria adaptación por parte del sector de la formación a las nuevas necesidades generadas tanto por las ya existentes y futuras regulaciones, como a la enorme cantidad de puertas que se abren con estas nuevas tecnologías para el sector financiero. Que cada vez haya más profesionales con los conocimientos y la capacitación necesarios para su adopción es, sin duda, una de las mayores señales de futuro para unas tecnologías de las que ya llevamos tiempo hablando, pero que todavía no han eclosionado tanto como esperamos que lo hagan en el futuro.
