Para muchas personas, Vitalik Buterin no necesita presentación, pues es la gran referencia en el ecosistema de Ethereum y una voz bastante reconocida en otros entornos asociados a las criptomonedas y a Blockchain. Sin embargo, y pese a ser una celebridad, hay muchas personas que saben poco o nada de su historia, de su primera toma de contacto con las criptomonedas, de su pasado como editor en una publicación especializada, del momento en el que decidió hacer un hardfork en Ethereum…
Pese a que hablamos de una persona bastante joven (cumplirá los 29 años el 31 de enero de 2023), su biografía resulta muy interesante, nos ayuda a entender sus motivaciones y, sobre todo, nos deja bien claro el peso específico que tienen sus opiniones sobre Ethereum, ya esté más o menos vinculado al proyecto.
Los primeros años
Vitalik Buterin nace el 31 de enero de 1994 en Kolomna, una ciudad situada a algo más de 100 kilómetros al sureste de Moscú, permaneciendo en Rusia hasta los seis años, momento en el que sus padres, Natalia Ameline, profesional de las finanzas, y Dmitry Buterin, profesional de las telecomunicaciones, se trasladan con toda la familia a Canadá.
Durante sus primeros años, y seguramente debido a las actividades profesionales de sus padres, empieza a demostrar un gran interés y una gran habilidad en relación con las matemáticas, al punto de que sus padres afirman que, con tan solo cuatro años, unos de los «juegos» preferidos de Vitalik era Microsoft Excel. Dicho de otra manera, ya apuntaba firmes maneras desde la más tierna infancia, por lo que no nos debe extrañar que fuera asignado, en su periodo escolar, a un grupo destinado a alumnos superdotados.
En este aspecto, el niño y el adolescente Buterin coinciden con el estereotipo de mente brillante que genera un cierto rechazo en su entorno, dificultando su socialización en el mundo real. Sin embargo, participa en iniciativas educativas en las que se favorece el debate (tiempos de los que afirma guardar un gran recuerdo).
Buterin y Bitcoin
Aunque Sateshi Makamoto publucó su artículo en 2008 y lanzó el software de Bitcoin en 2009, no fue hasta dos años más tarde, en 2011, cuando Vitalik Buterin tuvo conocimiento, por su padre, sobre la cibermoneda. Y, aunque ahora sorprenda saberlo, su primera reacción al respecto no fue especialmente positiva, al punto de vaticinar su fracaso. Y no fue hasta que Activision Blizzard eliminó una función de su juego World of Warcraft, sin permitir a los jugadores participar en el proceso de decisión o conservarla, que empezó a pensar en las virtudes de la descentralización.
En este punto, y ante la falta de recursos económicos propios para adquirir sus propios bitcoins, ni recursos tecnológicos para minarlos, optó por un plan alternativo: empezar a traabajar para un blog (ya desaparecido) llamado Bitcoin Weekly. El pago por cada pieza publicada en el mismo era de cinco bitcoins. Sí, has leído bien, pero recuerda que hablamos de principios de la década pasada, más concretamente de tiempos en los que el valor de un bitcoin, al cambio, era de poco más de tres euros.
Era demasiado pronto, así que Bitcoin Weekly no funcionó y terminó cerrando. Sin embargo, con sus conocimientos de Bitcoin y su experiencia en el mundo editorial, se alió con Mihai Alisie y juntos pusieron en marcha Bitcoin Magazine, la primera revista dedicada a las criptomonedas y el ecosistema de las cadenas de bloques.
Durante unos años Buterin fue un miembro activo de la comunidad de Bitcoin, pero cuanto más lo conocía, más consciente era de sus limitaciones con respecto al potencial de las cadenas de bloques. En ese punto empezó a concebir el proyecto que lo convirtió en la persona que es ahora, y que revolucionó un ecosistema ya tan revolucionario en sí mismo como lo es el de las criptomonedas.
Ethereum
Vitalik pensaba que Bitcoin, por cómo había sido concebido y desarrollado, planteaba una importante limitación autoimpuesta, por lo que decidió encabezar un proyecto que se alimentara de dicho aprendizaje. Se basaría también, por supuesto, en blockchain, pero estaría desarrollada con un lenguaje de programación que permitiera su expansión mediante el uso de aplicaciones diseñadas con el mismo. Gracias a esta filosofía, la cadena de bloques de Ethereum permite el uso de smart contracts.
Finales de 2013, Vitalik ya ha completado el whitepaper de Ethereum, de modo que lo comparte con algunos contactos a los que les pide que lo difundan para obtner el máximo feedback posible. Es en esa fase, ya durante el último mes del año, cuando Gavin Wood se suma al proyecto.
Poco más de un mes, en enero de 2014, con el whitepaper ya pulido y en un evento dedicado a Bitcoin, se produce la presentación oficial de Ethereum. Un jovencísimo Vitalik, pocos días antes de su vigésimo cumpleaños, se sube al escenario y, en una presentación de alrededor de media hora, explica a los asistentes (y por ende al resto del mundo) su proyecto «Ethereum: A Next-Generation Smart Contract and Decentralized Application Platform». El éxito de dicha presentación se puede medir fácilmente con la ovación que recibió al concluir.
Desde entonces varias personas han entrado y salido de la «cabeza» de Ethereum. Desde sus primeros tiempos, cuando tuvieron que decidir si convertirse en una empresa privada con ánimo de lucro o una fundación sin ánimo de lucro (finalmente se optó por la segunda, tal y como deseaba Buterin), su opinión siempre ha sido muy tenida en cuenta por la comunidad, que suele apoyar masivamente sus puntos de vista y sus decisiones.
El ejemplo más claro de ello lo encontramos tras el incidente de Slock.it, el primer hackeo de fondos a gran escala en Ethereum, en el que se robaron ethereums por valor de 60 millones de dólares a sus legítimos propietarios. Aún siendo una decisión difícil, Buterin apostó por llevar a cabo un hardfork, empleando la nueva bifurcación para retroceder los bloques de la cadena hasta revertir el robo. Una acción que rompía por completo con el paradigma de la descentralización, pero que aún así fue apoyada por nada menos que el 97% de los votos en la consulta que se llevó a cabo para tal fin.
A día de hoy Buterin sigue al frente de Ethereum, y si bien no es el presidente de la fundación, sus opiniones siguen marcando los pasos de esta blockchain. ¿Hasta cuando? No se aprecian señales de cambio, al menos de momento. Su implicación con el proyecto sigue siendo absoluta, y sus postulados siguen resultado bastante acertados. Si Ethereum es lo que es hoy en día, lo es por la filosofía de este joven, que pasó de no creer en las criptomonedas a crear una de las más importantes del mundo.
Imagen de apertura: TechCrunch
