Poco a poco vamos viendo pasos en la Administración Pública en pro de la adopción de Blockchain, una tecnología que puede ayudar a ser más eficientes en las gestiones con la ciudadanía, los proveedores u otras entidades y que esos procesos sean seguros y estén optimizados.
En España los avances conseguidos en la Administración Pública en torno al Blockchain son todavía sigilosos. Sin embargo, hay dos comunidades autónomas que están más avanzadas que las demás.
Por un lado, está la Comunidad de Madrid, que ya en abril de este año creó su primer clúster de Blockchain en el municipio de Tres Cantos. Este era el primero de los cuatro que se pondrán en marcha en la región para consolidar a Madrid como hub digital del sur de Europa.
El ecosistema está integrado por 22 empresas, organismos y entidades, entre las que se encuentran consultoras, bancos y universidades como Alastria, Accenture, Banco Santander, BBVA, Bizum o la Universidad Autónoma de Madrid.
Por otro lado, Canarias firmó en julio un protocolo de colaboración para la implantación del Blockchain en el proceso de transformación digital de las islas.
Este primer paso busca potenciar la digitalización con esta tecnología, además de facilitar el desarrollo de proyectos, programas y actividades de investigación y de formación, buscando sinergias con el mundo empresarial y el ecosistema innovador.
Blockchain, ventajas en la Administración Pública
Son muchas las ventajas que tiene el Blockchain una vez introducido en los sistemas públicos. Algunas de ellas eran explicadas por el propio presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, como por ejemplo la mejora de la transmisión de la información o su potencial en el control de la gestión de residuos, la movilidad sostenible o la monitorización de la calidad del aire en las futuras ciudades inteligentes.
“Blockchain aplicado a la industria energética, por ejemplo, nos permitiría saber qué cantidad exacta de energía limpia producimos en cada hogar y cuánta se vierte a la red, o saber con más detalle cuál es la huella de carbono que genera cada actividad”, ejemplificó el presidente.
Y es que realmente esta tecnología puede ahorrar y mejorar muchos procesos administrativos que actualmente se gestionan con sistemas anticuados, inseguros o poco eficientes. Unos beneficios que redundarían en un ahorro de costes para todos y en un mejor sistema público.