La declaración de quiebra de FTX y, sobre todo, todo lo que se ha ido sabiendo de la compañía y sus gestores durante los últimos días, es un golpe que ha afectado principalmente a los inversores que habían confiado en esta empresa en particular, pero también, y con una onda expansiva que se está revelando aún mayor de lo que parecía en un principio, a todo el ecosistema de criptomonedas y, aún más y peor, también al de blockchain, al punto de que hay incluso quienes (pocos, afortunadamente) preconizan el final de las cadenas de bloques a raíz de lo sucedido.
He llegado a leer una comparación que se repite mucho estos últimos días, y que se resumen en la siguiente frase: «La caída de FTX es el Lehman Brothers del mundo de los criptoactivos«. Entiendo la comparación y, es más, casi parecería confirmarse por la onda expansiva que mencionaba anteriormente. Sin embargo hay una diferencia: recordemos que en la crisis de 2008 todas las grandes entidades tenían sus inventarios llenos de activos tóxicos, es decir, fue un problema sistémico, del modelo de negocio seguido por la banca de inversiones, y que había intoxicado todo el mercado. Y esto dio lugar a que, como en uno de esos circuitos de piezas de dominó, caída la primera ficha, la reacción en cadena ya fuera inevitable.
En este caso, sin embargo, hemos visto como otra entidad del sector, Binance, primero intentó rescatar a FTX y, al ver que no era posible, lo primero que hizo fue dar un paso muy significativo en lo referido a transparencia al hacer públicas las direcciones de todas sus billeteras, tanto frías como calientes. El principal exchange del sector, que además ya contaba con información de primera mano sobre FTX tras haber intentado su rescate, hizo una reconocible apuesta por la transparencia para tranquilizar a todo el sector.
El futro de los criptoactivos sigue siendo, a día de hoy, una gran incógnita, pero el de la tecnología blockchain parece bastante más claro, toda vez que reguladores y entidades de todos los sectores están experimentando el Efecto Aloe Vera (cuanto más se investiga, más propiedades tiene) y, de este modo, abordan un futuro en el que las cadenas de bloques tienen mucho que decir. El problema, sin embargo, es que sucesos como el de FTX también emborronan sus opciones de futuro.
We tell the truth.
We explain that this wasn’t a US regulatory failure or a flaw in the underlying technology, it was a historic fraud perpetrated by a conman in the Bahamas.
We uncover in detail exactly what happened, honestly and ruthlessly, to lay bare the crime in full.
— Jake Chervinsky (@jchervinsky) November 13, 2022
Quizá el titular de esta noticia te parezca un poco extremo, así que es ahora cuando aclaro que no es mi opinión (bueno, en realidad sí, pero no ocupa esa posición por ello), sino una afirmación de Jake Chervinsky, Head of Policy en la Blockchain Association, en respuesta a la pregunta que le hacía un inversor sobre cómo se debe actuar tras lo ocurrido con FTX. Una respuesta de lo más contundente:
«Decir la verdad.
Explicar que no se trató de un fallo normativo estadounidense ni de un defecto en la tecnología subyacente, sino de un fraude histórico perpetrado por un estafador en las Bahamas.
Desvelar con detalle lo que ocurrió exactamente, de forma honesta y despiadada, para dejar al descubierto el delito en su totalidad.»
A continuación en su respuesta, que se estructura como hilo, también asume que hay que entonar en mea culpa por no haber actuado de manera más activa frente a las señales que indicaban que algo no iba bien en FTX, y llama a devolver al foco lo que, desde el primer momento, ha sido una señal distintiva de blockchain, la transparencia, que es precisamente lo que ha faltado (y ahora entendemos la razón) en la historia del exchange caído.
La respuesta, la contundente y muy acertada respuesta de Jake Chervinsky no solo me parece especialmente relevante debido a su posición de persona muy destacada en esta comunidad, también porque creo que debe ser leída y asimilada profusamente por todo el mundo de los criptoactivos y las cadenas de bloques, y también compartida con todo el mundo, desde usuarios particulares hasta grandes corporaciones internacionales. Blockchain es transparencia y FTX ha sido opacidad, y creo que solo esto ya explica de manera muy clara la enorme diferencia.