Es relativamente común imaginar el ecosistema financiero, con sus empresas e instituciones, como dos grandes bloques: por una parte nos encontramos con, digamos, el bloque tradicional. Y, en el otro lado, las fin-tech, los neobancos, los proyectos basados en DeFi, etcétera, es decir, las nacidas no ya en estos nuevos tiempos, sino que además se basan en las nuevas tecnologías y, por ello, tienden a ofrecer soluciones más propias de unos tiempos en los que la base tecnológica ya está presente en prácticamente todos los sectores.
Y es cierto que algunas empresas, pocas por fortuna, se mantienen en uno de ambos roles, sin interesarse por el otro. Una postura que es destructiva a todos los niveles, pues va en contra de los intereses propios, así como los del sector, pues traslada una imagen de inmovilismo que, en verdad, no se corresponde con la realidad. Y lo que es peor aún, no solo proyectan esa imagen dentro del propio sector, sino también al público en general, que tiende a ver dos bloques enfrentados, cuando en realidad son muchos los puentes que los unen, y más aún los que están por llegar.
Uno de los ejemplos más recientes, que nos demuestran que también las empresas asociadas al modelo clásico han acogido con los brazos abiertos la plétora de soluciones tecnológicas disponibles en la actualidad, lo encontramos en la multinacional JP Morgan, que reciéntenle ha llevado a cabo su primera operación bajo el modelo DeFi, al realizar la anotación de una transferencia internacional en una blockchain pública.
Esta, el de las transferencias internacionales, es una de las actividades que, ya desde hace años, se viene señalando que pueden verse mejoradas sustancialmente. Y es que tradicionalmente suelen ser complejas y llevan asociado un alto volumen de burocracia, que alarga en varios órdenes de magnitud el tiempo que tardan en completarse. La sustitución de ese modelo, sin duda ya muy caduco, por la inmediatez y la seguridad que proporcionan las cadenas de bloques, y más aún si se combinan con contratos inteligentes, mejorarán en varios órdenes de magnitud la eficiencia en estas operaciones.
Esta operación, que se considera como la primera de este tipo llevada a cabo por un gran banco, forma parte de un programa piloto para «explorar posibles aplicaciones de financiación descentralizada (DeFi) en los mercados de financiación al por mayor«. Tras la misma se encuentra la unidad de negocios Onyx de JP Morgan, dedicada en exclusiva a la tecnología Blockchain, que se anota un importante hito con esta operación. De momento es la primera, pero podemos esperar que se produzcan nuevas pruebas en un futuro cercano, y que otras entidades también se animen, visto el éxito, a dar sus primeros pasos en el ecosistema DeFi.