El debate ha llegado a Bitcoin con carácter inminente. La moneda virtual que creara Satoshi Nakamoto como método de pago virtual está viviendo su revolución más destacable. Esta criptomoneda supuso un avance sin precedentes en la era digital y abrió el camino para las que estarían por llegar posteriormente.
El valor de cada criptomoneda empleada como medio digital de intercambio, es variable, de la misma forma que si fueran activos de la Bolsa. Esto ha llevado que en los últimos tiempos su valor haya cambiado constantemente. La situación es una noria permanente, en ocasiones sube a límites increíbles y en otros momentos desciende considerablemente.
Aunque las criptomonedas han pasado por mejores épocas, y pese a esta escalada y desescalada en sus activos, las criptomonedas siguen siendo un medio de pago en los sitios en los que están autorizadas, y es que además de tener función de moneda al uso en algunas situaciones puede ser utilizada como un activo financiero. En otras palabras, los usuarios se hacen con ellas y cuando se revaloriza las venden.
Aunque haga función de moneda, en la práctica no es tal que así. Cualquier moneda, como pueda ser el euro, la libra o el dólar, están controladas por entidades y bancos. Esto con las criptomonedas no sucede, su único control es la conexión entre ordenadores que se replican sus movimientos para garantizar que el método de pago sea seguro.
Ordinals y su aparición estelar
En el universo Bitcoin se ha vivido una nueva llegada y parece que para quedarse. El nuevo protocolo lanzado por el desarrollador de Bitcoin, Casey Rodarmor, el pasado 21 de enero, permite guardar cualquier tipo de archivo, sea cual sea, dentro de un bloque de la red principal de Bitcoin. ¿Su requisito? Almacenar siempre y cuando no supere los 4 MB de espacio disponible en el bloque.
El desarrollador de Bitcoin, ante su inminente creación afirmó que “pensé que estaba construyendo algo bueno y pensé que estaba satisfaciendo una demanda del mercado insatisfecha que los coleccionistas de NFT habían expresado su deseo”.
Cada Bitcoin puede dividirse en 100.000.000 unidades llamadas sats, y el nuevo protocolo Ordinals permite a los usuarios inscribir cada uno de ellos con datos, creado Ordinal. Los Ordinals son la evolución de NFT, ya que se pueden acuñar directamente en el blockchain de Bitcoin. De este modo, la novedad en Ordinals se encuentra en que es el primer proyecto de NFT en Bitcoin que se genera de forma nativa en el bloque principal, y no en protocolos construidos externamente sobre Bitcoin.
Este proyecto revolucionario no es el primero que se intenta para llevar las NFT a la cadena de bloques de Bitcoin, pero si ha sido el que más está prosperando en la actualidad ante la demanda de los usuarios en criptomonedas. En este sentido, los datos ofrecidos por Dune Analytics muestran que han sido ya acuñados unos 122.500 ordinales.
La creación de ordinales no ha dejado de ser un hecho, y es que a primeros de febrero, el número de ordinales creados superaba ya los 21.000, y tan solo un día después se superaba los 17.700. El aumento es ya de un considerable 40%. Ante esto, Casey Rodarmor afirmó que “realmente se ha escapado, se ha vuelto nuclear. Hay personas que construyen cosas de las que ni siquiera me enteré hasta que se lanzaron. Así que realmente se trata de a dónde la gente quiere llevar esto”.
Diferencias entre Ordinals y NFT
Para Rodarmor, las NFT son incompletas, como él mismo ha afirmado textualmente. El desarrollador opina que muchas requieren datos fuera de la cadena de blockchain y que algunos proyectos de NFT tienen que actualizar los metadatos de cada uno para mejorar la calidad de la imagen, llegando incluso a pedir a los usuarios esta acción mediante el botón ‘actualizar datos’. En contraposición, los Ordinals son completos porque todos los datos se inscriben directamente en la cadena, sin necesidad de externalizar nada.
Otra diferencia puntera es que los NFT suelen llevar incorporados derechos de autor, mientras que los Ordinals o artefactos digitales como Rodarmor los ha definido, no. En palabas del propio Casey Rodarmor «pretende reflejar lo que los NFT deberían ser, a veces son, y lo que las inscripciones son siempre, por su propia naturaleza».
Los ordinales en Bitcoin son un algo más que un cambio cultural, pueden representar una mejora técnica de las NFT. El proyecto ha arrancado de una manera excelente y así lo confirman los datos, sin embargo como todo en el mundo digital, solo el tiempo podrá determinar si el proyecto
