El nuevo paquete de sanciones recién emitido por la Unión Europea prohíbe totalmente los pagos en criptomonedas desde el territorio ruso, entre otras sanciones dirigidas a la importación, la exportación y a castigar a instituciones y dirigentes relacionados con la ocupación a ucrania, además de revisar el precio del petróleo previsto por el G7.
Se trata del octavo paquete de sanciones emitido desde febrero, coincidiendo con la invasión a Ucrania, que en esta ocasión significa la prohibición total de los pagos en criptomonedas desde cuentas, wallets o cualquier otro soporte perteneciente a Rusia. Este paquete es la consecuencia de los recientes corruptos referendos que convocó el presidente ruso para que supuestamente las personas residentes de los territorios ucranianos ocupados de Donetsk, Kherson, Luhansk y Zaporizhzhia decidieran si querían ser independientes o pasar a formar parte de la Federación.
«Este paquete -que se ha coordinado estrechamente con nuestros socios internacionales- responde a la continua escalada y la guerra ilegal de Rusia contra Ucrania, incluida la anexión ilegal de territorio ucraniano basada en falsos «referendos», la movilización de tropas adicionales y la emisión de amenazas nucleares abiertas» recoge el comunicado de prensa oficial de la Comisión Europea.
Este paquete introduce nuevas prohibiciones de importación de la UE por valor de 7.000 millones de euros para frenar los ingresos de Rusia, así como restricciones a la exportación, que privarán aún más al complejo militar e industrial del Kremlin de componentes y tecnologías clave y a la economía rusa de servicios y conocimientos europeos.
Las sanciones también privan al ejército ruso y a sus proveedores de más bienes y equipos específicos necesarios para librar su guerra en territorio ucraniano. El paquete también sienta las bases del marco jurídico necesario para aplicar el tope del precio del petróleo previsto por el G7. También castiga a personas y entidades implicados en la ocupación rusa, en los artífices y colaboradores del falso referendo, en personas y entidades relacionadas con puestos militares y de defensa, empresas que apoyan a las fuerzas armadas rusas y actores que colaboran en la desinformación sobre la guerra.